martes, 6 de noviembre de 2012

¿Cómo se puede innovar en PRL? 2ª Parte

Quien mejor conoce un trabajo es quien lo desarrolla diariamente. Quien mejor conoce las características de un producto o servicio es quien lo utiliza o suministra. Son las personas directamente relacionadas con la PRL quienes, desde el mismo trabajador hasta el técnico higienista experto, deben en cada caso responderse a si mismos, con honestidad, a una serie de preguntas, por ejemplo:
  • ¿Es consciente de la necesidad de innovar en su ámbito de responsabilidad dentro de su organización? Por ejemplo, en cualquier organización siempre se realizan trámites ¿Sirven para el objetivo con que se implantaron incluso con el paso del tiempo? ¿Conoce alguna forma de alcanzar ese mismo objetivo de una manera más eficaz? Estas son preguntas que cualquiera se debería plantear para valorar las oportunidades de innovación
  
¿Alguien le ha explicado para que sirven todos esos papeles burocráticos que cumplimenta periódicamente? ¿Ha tenido curiosidad y se lo ha preguntado a alguien? La mejor forma de valorar lo que uno hace, y preocuparse por mejorarlo, es conocer porqué y para qué se hace.

  • Dentro de su organización, una vez detectada la oportunidad concreta donde innovar ¿sabe a quién y cómo ha de comunicarlo?
El personal de una organización debe conocer la forma en que se han de comunicar las propuestas innovadoras, ya que todo cambio produce modificaciones en su entorno. ¿Su organización le facilita la labor de plantear una innovación en su tarea? ¿Existen reuniones periódicas donde plantear estas oportunidades de mejora? ¿O todo se limita a comentar la idea mientras casualmente se toma un café con sus compañeros? Si pertenece a una organización hay cosas que pueden modificarse para producir un beneficio local, sin que tengan un impacto apreciable en la forma de trabajo del resto. Otras acciones requieren la participación de los implicados para valorar en profundidad su grado de mejora, más allá del conocimiento particular del individuo que lo promueve.

Además, ¿sus clientes saben que pueden comunicar sus ideas innovadoras para que su organización les ayude a satisfacer sus necesidades? ¿Está seguro de que sabrían cómo hacerlo? ¿Está seguro de que se atreverían? La queja o reclamación de un cliente es la mayor oportunidad de innovación y muchas veces no se produce, si no que se cambia simplemente de proveedor. Atender y tratar de satisfacer adecuadamente las necesidades de los clientes es la mejor forma de desarrollar una actividad con futuro.
  
¿Cuántos cambios en su forma de trabajo tienen su origen y son debidos a los empleados ajenos a los departamentos de calidad, medio ambiente o de PRL? ¿Cree que su organización potencia la innovación en sus miembros? ¿Cuál es el grado de implicación en la innovación de los miembros de su organización?
  • ¿Está preparado el personal de su organización para realizar y recibir propuestas innovadoras?
Recuerde que si las ideas innovadoras se reciben y tratan de forma inadecuada pueden inhibir la futura comunicación y la habilidad natural de detectar nuevas oportunidades. ¿Para qué me voy a preocupar en innovar si nadie me hace caso?

“No hay segunda oportunidad
para una primera impresión” Oscar Wilde

 ¿Alguna persona de su organización considera las ideas innovadoras como una complicación a su trabajo normal? Sin duda, la actitud ante la innovación, a veces ni siquiera son necesarias las palabras, le convertirá en un paso limitante, en mayor medida cuanto más elevada sea su posición en el organigrama de toma de decisiones ¿El Departamento de RRHH tiene esto presente y lo considera a la hora de incorporar a nuevos miembros a la organización?
  • Si las organizaciones son el reflejo de las personas que las constituyen, sin duda una forma de favorecer la natural tendencia hacia la innovación será cultivar las habilidades que la facilita, por ejemplo:
Observación: Las personas observadoras aprecian mejor las oportunidades de mejora.
¿Sería capaz de realizar un dibujo en detalle, sin mirarlo, de la esfera de su reloj? Compare el resultado con el original ¿Cuántas veces le consulta la hora normalmente cada día?

Comunicación: en los colectivos, los distintos interlocutores implicados están obligados a transmitir sus ideas, la información recabada y sus necesidades hasta el oportuno destinatario, donde se aporten los recursos disponibles y los conocimientos técnicos para así integrar los distintos puntos de vista y alcanzar soluciones.
¿Está seguro que sabe escuchar?
¿Confía en la claridad de su mensaje? ¿Abusamos de acrónimos y términos novedosos para referirse a cosas de sentido común? ¿Tiene algo importante que decir?
¿Tiene la certeza de dirigir su mensaje a la persona adecuada?

Empatía y proactividad: Habilidades necesarias para formar un equipo efectivo con las personas implicadas, orientado hacia un objetivo común, tan claro en este caso como la salud de los trabajadores, pero aplicable a cualquier otro aspecto de la vida.
¿Es Ud capaz de situarse en la posición de otro miembro de su equipo?
¿Conoce las motivaciones de sus compañeros? ¿Todos tienen claro el objetivo principal?
¿Está dispuesto a renunciar a alguno de sus derechos para favorecer a un compañero?
¿Recuerda aquellas cosas que estudiaba en las matemáticas del colegio sobre “suma de vectores”? Si cada uno empuja en una dirección el resultado será muy pobre.

Planificación y capacidad analítica: para discernir lo que tiene valor y lo que es superficial, para así priorizar y concentrar los esfuerzos en los ámbitos innovadores que producirán mayor beneficio con el consumo adecuado de recursos.

¿Dedica más tiempo a planificar o a ejecutar un nuevo proyecto?
¿Normalmente explica el porqué de sus decisiones o le justifican el porqué de las instrucciones recibidas? ¿Está seguro que las decisiones e instrucciones están basadas en datos objetivos?

Formación: la legislación establece los conocimientos requeridos para ejercer la actividad relacionada con la PRL, pero además sería preciso desarrollar y potenciar las otras habilidades previamente descritas.
  • Si se desea cultivar la habilidad de la innovación lo primordial es eliminar todo aquello que inhiba este instinto básico del ser humano, que se ha manifestado libremente desde su origen, y de forma simultánea, entrenar a los miembros de la organización en las actitudes complementarias que la favorecen. La apuesta por la innovación desde lo más elevado de la dirección de una organización, como sucede en calidad, medio ambiente o PRL, se construye desde lo más simple e inmediato, crece y se propaga hasta impregnar cada acción cotidiana... y además ¡Con una sola inversión en innovación se producen beneficios en casi todo! ¿Hay algo más rentable? Recuerde que si Ud innova con menos éxito que sus competidores sin duda perderá la carrera.
En definitiva, en entornos adversos y de extrema dificultad como en el que vivimos, o en otros semejantes ya superados, potenciar la capacidad de innovar determina la supervivencia y el éxito. Como ejemplo recuerden la Escuela Bauhaus surgida en Weimar de las cenizas de la Gran Guerra, y que se desarrolló con éxito en Alemania hasta los albores del Nazismo (vea el documental “The Genious of Design: Designs for living-BBC”), o la revolución del plástico en todos los aspectos de la vida cotidiana en las décadas de los 50-60, tras los avances tecnológicos de la 2ª Guerra Mundial. De cualquier forma, siempre es buen momento para releer el poema “If” de Kipling.

Epílogo: Hágase preguntas, porque de su respuesta sincera dependerá su capacidad de innovar… es la mayéutica de Sócrates  y tiene aprox. 2.500 años…
  
Julio Fernandez, Doctor en Ingeniería Química, técnico en PRL y calidad
Innovación, Desarrollo e Ingeniería, S.L.

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