jueves, 4 de julio de 2013

LA HIGIENE INDUSTRIAL, ESA GRAN DESCONOCIDA ¿TE LA PRESENTO?

 
 Hace unos meses cuando escribí en el blog una entrada sobre higiene industrial, “Higienistas, hacer de detectives” me sorprendieron algunos comentarios donde se indicaba que era un campo un poco conocido.
 
 En algunas ocasiones también he tenido esa sensación cuando al acabar una acción formativa se ha acercado algún asistente indicando que le había servido la presentación para perder el miedo a la higiene u otros que ahora la entendían mejor o era más amigable. Aparte de la satisfacción por poder contribuir a acercar la higiene a empresas e interesados en la misma, debo decir que nunca he tenido esta sensación y este es un descubrimiento nuevo para mí. Supongo que la explicación es muy fácil, a veces nos alejamos de la realidad, cuando tienes la suerte de trabajar en el día a día en temas con los que disfrutas, profundizas y empiezas a tener algo de experiencia.
  
Estos hechos me hicieron pensar que podría intentar hacer más amigable la higiene, en especial agentes químicos, escribiendo mi opinión sobre mi forma de verla y actuar. Para poner ejemplos y hablar de mis experiencias, la mayoría estarán basadas en agentes químicos.
  
¿Cuál es el principal objetivo de la higiene industrial?

 A parte de definiciones académicas sobre la higiene industrial creo que lo principal es el objetivo de la misma, prevenir las enfermedades relacionadas con el trabajo (no hago referencia al concepto legal de enfermedad profesional ni el de relacionada con el trabajo, sino un término genérico para entendernos) u otros efectos adversos para la salud de los trabajadores causados por los agentes presentes en el puesto de trabajo, mediante la aplicación de medidas de gestión de riesgos.
  
¿Cuáles son las principales actividades de un higienista?
  
A esta pregunta la podríamos contestar con varias relacionadas con la exposición a agentes químicos, físicos y/o biológicos:
  •   ¿Quién realiza las evaluaciones de riesgos?
  • ¿Quién verifica la eficacia de las medidas preventivas, por ej. que una extracción localizada tenga una velocidad de captación adecuada para el contaminante y el proceso donde se aplica?
  • ¿Quién diseña las estrategias de medición de contaminantes y quién las realiza?
  • ¿Quién realiza un estudio de puesto de trabajo para ayudar a determinar si es una enfermedad profesional o hay riesgo para el embarazo o la lactancia?
  •  ¿Quién realiza un informe de recomendaciones para controlar los riesgos en las empresas?
  • ¿Quién investiga las causas de las enfermedades profesionales?
  • ¿Quién determina los equipos de protección personal a utilizar en un puesto de trabajo con exposición a contaminantes?
  • ¿Quién puede diseñar un procedimiento para trabajar de forma segura en espacios confinados donde se puedan generar contaminantes y riesgo de deficiencia de oxígeno?
  • ¿Quién puede realizar o colaborar en la redacción de las fichas de datos de seguridad, en el establecimiento de los escenarios de exposición, aplicación de métodos cuantitativos para estimar la exposición, etc.?
 Aunque no es una lista exhaustiva a la mayoría de las preguntas se puede contestar que puede intervenir y realizar la actividad en su totalidad o parcialmente, en colaboración con otros profesionales, el higienista industrial.
   
¿Qué necesita el higienista para realizar estas actividades? La metodología higiénica
 
Todas estas actividades se van a realizar, con pequeñas variaciones, siguiendo una metodología higiénica, que consiste en una serie de tareas sistemáticas que se llevan a cabo en varias etapas para llegar a conseguir nuestro objetivo en cada caso. Lo que van a tener en común dichas actividades, a parte de seguir la normativa legal, guías del INSHT, Normas UNE, etc. y disponer de los recursos necesarios, es el criterio profesional y el sentido común del técnico, apoyado en una serie de herramientas, en su cualificación y en su experiencia.
   
El sentido común
 
Muchas veces no lo tenemos en cuenta pero es la base que complementa a la formación y la experiencia, o quizá también se adquiera.
  
Por suerte, en la actualidad ya no se producen o es muy infrecuente, circunstancias que hace años viví en mi propia carne en varias empresas o bien, en las que trabajé, o a las que fui a actuar como higienista. Recuerdo una empresa en que varios trabajadores se bañaban en reactores donde se fabricaban colorantes azoicos, en este caso el marrón, para ponerse moreno de forma inmediata. Otro caso, en una fábrica de pinturas un trabajador que se tomaba “cubatas” de tetracloruro de carbono. En una empresa de pegamentos a la hora de la comida se formaba una cola de trabajadores que llevaban algo en las manos, se trataban de bocadillos y fiambreras que llevaban a calentar en el horno de curado de los adhesivos. Un último ejemplo, asistiendo a realizar un estudio en un puesto de trabajo de una empresa de cosmética, los trabajadores me indicaron que la zona más peligrosa era una determinada, a la que me acerqué y dichos trabajadores, muy “simpáticos ellos” activaron la salida de amoníaco en grandes cantidades por lo que os podréis imaginar que tuve que salir corriendo del lugar. Supongo que fue mi novatada higiénica.
   
Sea por falta de formación, información o sentido común, estos hechos que antes no eran puntuales, ahora es difícil que se produzcan.
  
Lo importante en la metodología higiénica
  
Aunque dentro de la metodología higiénica todas las fases tienen su importancia, bajo mi punto de vista, para poder luego desarrollar de forma eficaz las demás etapas, la identificación de los contaminantes y de las condiciones del puesto de trabajo es esencial, recabando toda la información de los mismos. También la llamamos encuesta higiénica. Sin una buena encuesta higiénica, realizada en profundidad, de forma rigurosa, basada en la observación del puesto de trabajo y sus condiciones, creo que no es posible realizar un buen estudio higiénico. Aquí aplicamos lo de “hacer de detectives”, una función esencial del higienista.
  
“El coco”. Las mediciones
  
La siguiente fase, dependiendo de la metodología utilizada, pero si usamos la clásica iría seguida por mediciones de contaminantes, la evaluación de los resultados y la aplicación de medidas de gestión de riesgos.
  
Si aplicamos el sentido común, el siguiente paso sería determinar las medidas preventivas para los riesgos más evidentes y fáciles de controlar o eliminar. En seguridad, si observamos una escalera de mano con varios peldaños rotos ¿aplicamos evaluaciones complejas, hacemos mediciones, o bien lo subsanamos directamente, reparándolos o comprando otra? Para aquellos riesgos que no son evidentes o que la implantación de las medidas preventivas tienen un coste elevado, normalmente se deberá justificar la inversión evaluando los posibles efectos adversos para la salud de los trabajadores, decidiendo las medidas a implantar y su prioridad.
  
¿Creéis, por ejemplo, que es necesario evaluar de forma compleja, realizar mediciones y gastar mucho dinero en un puesto de soldadura donde no exista extracción localizada? Recordar que en nuestras cocinas disponemos de campana extractora, con mayor o menor eficacia, para eliminar los “peligrosos” humos que se generan mientras cocinamos. En trabajos de soldadura se haga evaluación compleja o no todos los caminos nos llevan a la extracción localizada.
 
En este punto interviene la decisión sobre si se deben realizar mediciones. Aunque en nuestra normativa se indica que para evaluar los riesgos se deben realizar, también existen excepciones, cuando no hay valor límite establecido para valorar o no existe método de medición o análisis o cuando se garantiza la prevención y protección de los trabajadores por otros medios.
   
Quizá durante los años la interpretación “perversa” de la normativa nos ha llevado, creo que de forma equivocada, a que la tarea principal en higiene sea la medición, cuando claramente creo que es una herramienta más para apoyarnos a la hora de tomar las decisiones, pero no la única y no es imprescindible.
   
Sería “el coco” por el miedo a su supuesta complejidad lo que puede ser la causa de la “animadversión” hacia la higiene, cuando realmente el tener un criterio técnico profesional riguroso adecuado y adaptado a cada caso es lo realmente complejo. También puede ser el coco por las posibles consecuencias, si los resultados de las mediciones salen por encima del valor límite habrá que implantar medidas y gastar dinero, por debajo no, otra equivocación.
   
Ni que decir tiene el pánico que provoca en las empresas cuando dices que no se mide porque no hay valor límite para una determinada sustancia, cuando es lo más normal, los valores límite están establecidos para unas 1.000 sustancias y ¿cuántas sustancias existen en el mercado? Aquí parece que se acaba el mundo al no poder medir, parece que no se puede hacer nada, ni evaluar, ni aplicar medidas preventivas. Por supuesto si que se puede, pero por si no creen al higienista tenemos que documentar nuestras actuaciones sin realizar mediciones y, para ello, nos pueden ayudar las metodologías simplificadas.
   
La complejidad normalmente estará en el establecimiento de una buena estrategia de medición, que sea representativa. Aquí viene cuando hay higienistas que les gusta lucirse, dicho con cariño y respeto (creo que cada vez menos y salvo cuando sean casos complejos y justificados) y, en ocasiones, diseñan complejísimas estrategias de muestreo, con cálculos estadísticos difícilmente comprensibles, para llegar a las mismas conclusiones, o sea, las mismas medidas preventivas que realizando unas mediciones y estrategia menos complejas (o aplicando metodologías simplificadas) , que creo siempre se deben adaptar a las necesidades y al principio: máxima representatividad al menor coste.
   
La simplicidad
 
Actualmente tenemos la suerte de disponer de metodologías simplificadas (control banding) que nos permiten de una forma rápida evaluar los riesgos, en casos sencillos, decidir la necesidad de realizar mediciones y de una forma aproximada establecer en qué nivel de riesgo nos encontramos, sin depender de si existe valor límite. De esta manera ya sabemos qué tipo de medidas preventivas debemos implantar en función de dicho nivel de riesgo obtenido. No olvidar que el fin último es, en función del nivel de riesgo, determinar las medidas preventivas a implantar y su prioridad.
   
Considerar, entre otras, la ayuda de las metodologías simplificadas en caso de una empresa con varios centros y miles de sustancias. ¿Hay que medir todas, a qué coste? Las metodologías simplificadas nos pueden ayudar a seleccionar aquellas que se deben medir, reduciendo mucho su número y el coste y sin por ello poner la seguridad y la salud de los trabajadores en juego.
   
En la actualidad el uso de las metodologías simplificadas ha aumentado considerablemente tanto en PYMES como en empresas grandes, por su carácter práctico y por el ahorro de costes importante respecto a las mediciones. Se han dado casos en PYMES que, comparativamente, el coste de las mediciones era superior a la implantación de la medida preventiva.
  
Destacar que el nombre de metodología simplificada a lo mejor no es el más correcto, ya que no son tan simples, lo que quiero decir es que son rápidas y más baratas que las mediciones.
  
Esta simplificación requiere normalmente de un mayor conocimiento y esfuerzo hasta conseguirlo. Sin embargo es muy fácil complicar las actuaciones y las situaciones a las que nos enfrentamos.
  
Las mediciones hay que seguir haciéndolas cuando esté justificado por la complejidad del caso, para evaluar sustancias cancerigenas, mutagénicas y tóxicas para la reproducción, según indica la normativa, aunque curiosamente, en la mayoría de estos casos, al no existir una relación dosis-efecto, aunque estemos por debajo del valor límite no podremos concluir que no se va a producir algún tipo de estos efectos para la salud de los trabajadores expuestos.
   
Por tanto, con el uso de las metodologías simplificadas, las mediciones se aplican, principalmente, en la verificación de la eficacia de las medidas preventivas.
 
El REACH
  
También destacar que, actualmente, y a través de la normativa REACH, disponemos de una serie de herramientas para cuantificar la exposición, una serie de modelos empíricos como ART, Stoffenmanager, ECETOC TRA, para la vía respiratoria y otros, también para la vía dérmica.
  
Con la aplicación del REACH y la obligación de la confección de los Escenarios de Exposición por las empresas, en determinadas condiciones, puede influir en higiene y en la forma de afrontar los riesgos higiénicos por agentes químicos. ¿Cambiarán las funciones del higienista con el REACH y los Escenarios de Exposición? Es un tema de debate para otra entrada del blog y para que deis vuestras opiniones.
  
Las ayudas de las nuevas tecnologías
   
La tendencia es “simplificar” en la medida de lo posible la actuación higiénica con ayuda de las nuevas tecnologías, aplicaciones informáticas, apps, etc. Si hace muchos años cuando empezabas, con una formación limitada y falta de experiencia se aprendía afrontando los problemas higiénicos en la empresa “sin red de seguridad”, actualmente la formación en prevención, nivel intermedio y nivel superior en PRL, garantiza unos conocimientos mínimos aunque en mi opinión, poco práctica, pero que se puede complementar , al igual que la falta de experiencia, con múltiples ayudas de otros colegas o expertos a través de foros, blogs, , preguntas a moderadores de los foros o simplemente compartiendo experiencias con otros profesionales, por ej. portales de prevención, AEHI (Asociación Española de Higiene Industrial), Prevencionar, grupos de linkedin, etc.
   
La meta
 
 Como podemos observar, todas las consideraciones, discusiones, herramientas aplicadas, evaluaciones, metodologías simplificadas, etc. son distintas formas o complementarias de hacer higiene pero el objetivo final (meta) que es lo importante y lo que realmente es hacer prevención, es determinar las medidas de gestión de riesgos que se deben implantar en el puesto de trabajo para garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores.
  
Para finalizar
  
Ni que decir tiene que la higiene es un tema apasionante, que muchos casos son muy complicados y a veces no llegas a alcanzar tus objetivos, pero ello te plantea retos que te hacen estar al día en todos estos temas, que no te puedes relajar pero para ello como hemos visto tenemos cada vez más medios que nos ayudan a aprender y compartir con otros higienistas nuestros problemas, retos y experiencias y colaborar cada vez más en el objetivo final, garantizar la salud de los trabajadores.
 
Tenemos por delante temas de gran complejidad y que nos tienen que motivar a trabajar de forma coordinada como la evaluación de los riesgos de las sustancias cancerígenas, la actuación ante trabajadores especialmente sensibles, los disruptores endocrinos, las nanopartículas, la evaluación de los efectos aditivos, los efectos de varias sustancias a bajas concentraciones, la evaluación de la exposición por vía dérmica (la gran olvidada), la aplicación de métodos empíricos cuantitativos para estimar la exposición, sustancias ototóxicas, efectos de los campos electromagnéticos, etc.
    
Buenas vacaciones a todos y a recargar pilas.
 
 
 
 
 
 
 

jueves, 16 de mayo de 2013

Cómo evaluar la vía dérmica y no desfallecer en el intento (II).

En la primera entrega de esta entrada se expusieron algunas de las metodologías simplificadas más útiles para evaluar la vía dérmica, algunas de ellas hacen estimaciones de la carga dérmica (modelo RISKOFDERM) e incluso de la dosis absorbida por esta vía (ECETOC-TRA). Otra opción menos accesible y más cara, aunque más precisa, es realizar tomas de muestras y análisis de la exposición dérmica (carga dérmica). Existen varias posibilidades recogidas en las siguientes referencias:
  • Informe Técnico ISO/TR 14294:2011 Workplace atmospheres - Measurement of dermal exposure - Principles and methods.
  • Informe Técnico CEN TR 15278 Workplace exposure - Strategy for the evaluation of dermal exposure.
  • Especificación Técnica CEN TS 15279 Workplace exposure - Measurement of dermal exposure - principles and methods 

Una vez conocida la exposición o carga dérmica, estimada o medida, se podrá a su vez estimar la dosis absorbida que interesa para valorar la contribución de la vía dérmica a la dosis sistémica del agente en el trabajador expuesto. Ya se ha indicado que ECETOC-TRA, el único método que permite obtener ésta dosis, considera que se absorbe y se incorpora al flujo sanguíneo toda la carga dérmica disponible. Esta estimación es muy conservadora pero gracias al modelo de exposición dérmica desarrollado por AIHA (American Industrial Hygiene Association) y a su aplicación IHSkinPerm es posible afinar, aún más, dicha estimación con hipótesis más realistas.


La absorción dérmica es un proceso bastante complejo del que no se conocen aún completamente los fenómenos que gobiernan el transporte de agentes de la superficie de la piel a  la dermis altamente capilarizada y entre los que juega un papel destacado la difusión. El agente depositado o presente en la superficie de la piel establece un gradiente de concentración entre ésta y la dermis, este gradiente produce una transferencia de masa (ley de Fick) que depende de las propiedades físicas de la piel y químicas del agente absorbido.

El modelo AIHA se basa en una simplificación de los principales procesos que se producen en la piel. Algunos de los procesos que ocurren en la exposición por vía dérmica son los siguientes:
  • Deposición dérmica del agente químico en masa (líquido o gránulos), en forma particulada (povo o niebla) o contacto dérmico en forma molecular (gas o vapor).
  • Evaporación del agente en la superficie de la piel y en el estrato córneo a través de la piel no contaminada 
  • Penetración intracelular y transcelular en el estrato córneo.
  • Absorción en la dermis, es la cantidad de sustancia biológicamente disponible para el organismo que es transferida del estrato córneo a los capilares sanguíneos a través de la epidermis viable . 
  • Metabolismo en la epidermis viable.
  • Distribución en el flujo sanguíneo.
Tanto ECETOC-TRA como el modelo RISKOFDERM, suponen que todo el agente depositado se absorbe en la piel, es decir no tiene en cuenta la cantidad evaporada, ni la posible saturación del agente en el estrato córneo, ni la difusividad del agente, ni la concentración del agente en un medio lípido, ni su solubilidad en agua, ni la posible matabolización del agente en la epidermis ni el efecto de una posible descontaminación. Tampoco tienen en cuenta el efecto de una posible oclusión de la piel ni de una humedad elevada (trabajo en húmedo).

Sin embargo, el modelo IHSkinPerm de AIHA tiene en cuenta la evapozación del agente, el grosor del estracto córneo, la difusividad del agente, su coeficiente de reparto (Kow) y su solubilidad en agua parámetros críticos que determinan su penetración en el estracto córneo y su absorción en la epidermis viable. La aplicabilidad de ese modelo se limita a sustancias con coeficientes de reparto intermedios (-3 < log Kow < 6), valores más altos y más bajos que estos tienen muy limitada su capacidad de penetrar tejido en fase acuosa y en fase lípida, respectivamente. Considera que los agentes con masa molecular PM < 600 Da no penetran la piel, que el estrato córneo no puede absorber más del 20% de su volumen, que la máxima absorción en sangre no puede superar nunca la absorbida en una solución acuosa saturada de la sustancia y que la epidermis no constituye una barrera a la permeación debido al contenido lípido de la sangre y de los fluidos intersticiales (0,4% en peso).



Los datos de entrada son:
  • Elección de un escenario, entre deposición instantánea o deposición progresiva
  • Dosis de deposición instantánea [mg], si es el caso
  • Superficie de piel afectada [cm²]
  • Tasa de deposición dérmica [mg/cm²/h], si fuera el caso
  • Máxima adherencia a la piel [mg/cm²], -1 para líquidos y de 0,2 a 2 para sólidos
  • Sustancia, elegida de una base de datos o nueva
  • Duración de la deposición [h]
  • Tiempo final de observación [h]
  • Nº de intervalos de iteración y de observación [intervalos/h]
La tasa de deposición dérmica se obtiene a partir de ECETOC-TRA o del modelo RISKOFDERM. Después de un determinado tiempo, la aplicación indica la cantidad de sustancia que ha permeado a través del estrato córneo y a través de la epidermis viable, este último valor será la cantidad [mg] que se incorpora al flujo sanguíneo como dosis dérmica sistémica.


Evaluar con valor DNEL conocido

La dosis absorbida [mg] en el tiempo de exposición, o jornada, que se ha obtenido a través de la aplicación IHSkinPerm se puede comparar con el valor DNEL[mg/kg/día] para efectos sistémicos a largo plazo por vía dérmica, si está disponible en su FDS. Simplemente, se divide la dosis absorbida por 70 kg (peso corporal estándar) y el resultado se compara con el DNEL:

Para pasar de carga dérmica a dosis absorbida, ECETOC-TRA, utiliza la siguiente expresión:




Evaluar sin valor DNEL conocido   

En caso de no disponer del valor DNEL, para efectos sistémicos a largo plazo por vía dérmica, se puede transformar la exposición diaria [mg/m³] del trabajador que se haya obtenido mediante mediciones o estimaciones en dosis inhalada [mg] y compararla con la dosis dérmica obtenida mediante la aplicación IHSkinPerm, sólo a efectos orientativos, no se debe sacar ninguna conclusión con el resultado que se obtenga, más allá de tener una ligera idea de la contribución de la vía dérmica.

Dosis inhalada [mg] = Exposición diaria (ED) [mg/m³] x volumen inhalado [10 m³]

La dosis total absorbida por las dos vías será la suma de la dosis inhalada + dosis absorbida.

Control biológico   

El control biológico refleja de manera indirecta la exposición de un trabajador a un agente químico. Cuando la sustancia o agente químico dispone de valor límite biológico (VLB) y notación "vía dérmica", es posible comprobar si el agente se está incorporando de manera significativa por dicha vía ya que en el entorno del VLA-ED, si éste se ha establecido para prevenir efectos sistémicos y no otros, como por ejemplo irritantes, existe una buena correlación entre la concentración del agente, o su metabolito, en el espécimen biológico de referencia y su concentración en aire. Lógicamente, esta comprobación requiere que se haya determinado, previamente, la exposición diaria del trabajador por vía inhalatoria. 

Se puede descargar una versión en castellano de IH SkinPerm v1.15 (Excel 2010) desde la página "eRecursos" de nuestro blog.

Para saber más sobre exposición y evaluación de la vía dérmica:



Descarga la entrada completa (531k)

martes, 30 de abril de 2013

Cómo evaluar la vía dérmica y no desfallecer en el intento (I).

En próximas fechas verá la luz una versión renovada de la Guía Técnica de Agentes Químicos del INSHT. Presumiblemente las metodologías simplificadas reciban, del INSHT, un mayor respaldo del que tenían en la versión actual de la Guía, en especial la vía inhalatoria quizá no tanto la vía dérmica.

Es proverbial la ligereza con que solemos despachar la evaluación de esta via dérmica, acudiendo a fórmulas preestablecidas como "... mientras se mantenga controlada la vía dérmica" o " ... siempre que la aportación por vía dérmica no sea significativa" o " ... mientras la vía dérmica se mantenga eficazmente protegida mediante los EPI adecuados". En definitiva, recursos para no dar la sensación de cerrar en falso una evaluación. 

Afortunadamente, ya se han desarrollado metodologías razonablemente accesibles y fáciles de aplicar para que la evaluación dérmica de los agentes químicos tenga un final más digno. Disponemos de, al menos, seis métodos sencillos para evaluar esta vía:
  1. Método del INRS descrito en la ND 2233 y en el anexo F de la publicación del INSHT "Sistemática para la evaluación higiénica" en castellano.
  2. Kit de herramientas RISKOFDERM v1.0 (aplicación excel descargable de la web del INSHT) en castellano  
  3. EMKG v2.2 del BAuA (manual descargable de la web del BAuA y del blog del riesgo químico en castellano).
  4. Stoffenmanager v5.0 del ministerio holandés de empleo y asuntos sociales (aplicación on-line) en inglés.
  5. ECETOC-TRA v3.0 (aplicación excel descargable de la web de ECETOC) en inglés.
  6. RISKOFDERM Potencial exposure dermal model v2.1t (aplicación excel descargable de la web de TNO y del blog del riesgo químico en castellano).
Las cuatro primeras (1, 2, 3 y 4) cualitativos pertenecen a esa clase de metodologías que denominamos en nuestro argot "control banding", la primera y la tercera requiere muy poca información, la segunda fija 15 variables y la cuarta 10, de un máximo de 22 variables que recogen los modelos teóricos de Scheneider y Marquart  Los dos últimos (5 y 6) son métodos semicuantitativos, el primero de ellos (5) está basado en estimaciones de la "carga dérmica" a partir de EASE y el último (6) en estimaciones y datos reales de la carga dérmica medida durante el desarrollo del proyecto europeo RISKOFDERM.

Estas dos últimas metodologías (5 y 6) tienen un gran potencial ya que ECHA sostiene que, en los informes de seguridad química, deben determinarse los valores DNEL y DMEL para efectos localizados en piel y efectos sistémicos por vía dérmica de larga duración y dichos valores ya empiezan a verse en las FDS. Esto supone un gran avance en la evaluación de la vía dérmica como podrá comprobarse más adelante.

Efectos localizados y efectos sistémicos

Es importante para la evaluación poder diferenciar los efectos localizados de los efectos sistémicos ya que los efectos localizados son independientes de la vía inhalatoria y, sin embargo, los efectos sistémicos, por inhalación y vía dérmica, son aditivos. En la elección del método pesa la posibilidad de diferenciar ambos efectos. Algunos métodos (2, 4 y 5) diferencian dichos efectos.

El contacto dérmico con el agente químico, por sí solo, puede causar efectos localizados como quemaduras químicas (C), irritaciones (Xi), sensibilizaciones (Sen) y efectos carcinogénicos (C1A o C1B) en piel o mucosas. Estos efectos deben y pueden evaluarse con las metodologías referidas. Los métodos Kit RISKOFDERM y Stoffenmanager (2 y 4) que fijan una banda de riesgo y el método ECETOC-TRA que, caso de que el agente químico disponga de valor DNEL por vía dérmica para efectos localizados, estimará el riesgo con relación a dicho DNEL en tanto por uno, de manera similar al índice de exposición.

A la derecha, ejemplo de resultado de una evaluación con la metodología Stoffenmanager. La mano de la izquierda indica un nivel de riesgo II (tres niveles posibles) de efectos localizados con una clase de peligro B y una clase de exposición ·3 (seis niveles posibles). La mano de la derecha indica un nivel de riesgo II (tres niveles posibles) de efectos sistemáticos.

Efectos sistémicos por doble vía

Alternativamente si el agente, además, se absorbe a través de la piel, esta vía, debe evaluarse conjuntamente con la vía inhalatoria.

Aunque se sabe que todos los agentes químicos son capaces de penetrar la piel en algún grado, sólo se tiene en cuenta su capacidad de absorberse a través de la piel si la contribución de la vía dérmica respecto de la inhalatoria es significativa. En Europa significativa se considera cuando la dosis dérmica a través de manos y antebrazos supera el 10% de la dosis respiratoria, en USA el 30%. En este caso se establece la notación "vía dérmica" ("Haut"o "skin") en la lista de los VLA (MAK o TLV). Un criterio conservador sería, para aquellos agentes en los que no aparezca esta notación, suponer  la contribución de la vía dérmica un 10% (30%).

La manera en que los referidos métodos tratan la agregación de vías ante efectos sistémicos es asimismo diferente. Los métodos de control banding, el del INRS, el del BAuA y Stoffenmager, evalúan las vías por separado y el RISKOFDERM sólo evalúa la vía dérmica, pero el ECETOC-TRA las evalúa conjuntamente.

Para que la evaluación simultánea de ambas vías pueda llevarse a cabo es imprescindible que conozcamos el valor DNEL, por vía dérmica para efectos sistémicos de larga duración del agente químico, además del índice de exposición diario por vía inhalatoria. Los dos métodos semicuantitativos obtienen la carga dérmica utilizando distintas fuentes de datos y diferentes tipos de actividades, 22 en el caso del ECETOC-TRA y 6 el modelo RISKOFDERM. 

A partir de aquí ECETOC-TRA estima la dosis absorbida estableciendo las siguientes hipótesis, supone que se trata de una persona de 70 kg, que el área corporal expuesta es una cantidad predeterminada y que todo el agente depositado se absorbe en la piel. Además, puede aplicar factores reductores de la carga dérmica por extracción localizada y utilización de EPI, a criterio del evaluador. El modelo RISKOFDERM se queda en la carga dérmica pero se puede proceder del mismo modo que lo hace ECETOC-TRA para estimar la dosis absorbida por vía dérmica.

Finalmente para caracterizar el riesgo de efectos sistémicos, ECETOC-TRA suma el índice de exposición estimado por vía inhalatoria al índice estimado por vía dérmica (relación entre la dosis absorbida y el valor DNEL). Los valores DNEL por vía dérmica para efectos sistémicos a largo plazo se expresan en [mg/kg/día]. Para pasar de carga dérmica [μg/cm2/día] a dosis absorbida, ECETOC-TRA, utiliza la siguiente expresión:



De manera análoga se podría proceder con la carga dérmica obtenida en el modelo RISKOFDERM (6). Si se desea un refinamiento de la dosis absorbida, para no utilizar una hipótesis tan conservadora como la de ECETOC-TRA, se puede utilizar la aplicación excel de AIHA IHSkinPerm_V1 15, descargable de su sitio web, que pondera características y efectos que no tiene en cuenta ECETOC-TRA. La explicación del modelo de absorción dérmica AIHA y la utilización de dicha aplicación queda, de momento, pospuesta a la segunda entrega de esta entrada.

Medidas de control

Una característica muy importante de estos métodos es la posibilidad de orientar soluciones al resultado de la evaluación. En este sentido, el método EMKG (3) aporta las medidas que deberían adoptarse. Éstas se formulan en fichas de control (ver imagen de la izquierda) en función del nivel de riesgo, bajo o medio, obtenido que se añadirán a las obtenidas para la vía inhalatoria. 

El método Stoffenmanager permite elaborar un plan de acción o planificación preventiva con diferente tipo de medidas (organizativas y técnicas). En el resto de métodos se puede jugar con los diferentes factores de riesgo o exposición para ajustar el resultado al nivel de riesgo deseado.