Un espacio confinado es un lugar con capacidad suficiente para que una persona pueda hacer un trabajo, que no ha sido diseñado para la permanencia continuada de trabajadores, que no dispone de suficiente ventilación natural y donde puede producirse un accidente grave debido a la acumulación de agentes tóxicos o inflamables o a la falta de oxígeno. Algunos espacios confinados son fácilmente identificables (tanques de almacenamiento, silos, reactores químicos, alcantarillas, fosas sépticas, tuberías ...) pero otros no son tan evidentes como cámaras y galerías de todo tipo, cubas y fosos, por ejemplo.
El riesgo químico es sin duda el más grave de los normalmente presentes en dichos espacios confinados y se debe a la facilidad con que se pueden acumular los agentes químicos peligrosos en un espacio reducido y sin ventilación. Entre las muchas definiciones que existen algunas incluyen ciertas características físicas o biológicas del espacio, además de las habituales de naturaleza química. Las siguientes características lo hacen especialmente peligroso:
- atmósfera viciada o enrarecida por desplazamiento del aire debido a la presencia de gases o vapores, que podrían incluso ser inocuos en otras circunstancias,
- presencia de sustancias inflamables, explosivas o tóxicas, cuyo origen podría ser desconcoido,
- abertura de salida/entrada de dimensiones reducidas o de difícil acceso, que podría dificultar un rescate o una salida urgente del lugar,
- configuración geométrica que podría provocar la inmovilización del trabajador, como huecos reducidos, paredes convergentes o piso inclinado,
- presencia de un fluido o un material suelto (polvo o grano) que podría sumergir al trabajador ocasionando su ahogamiento o asfixia,
- presencia de elementos de maquinaria sin protección u otros que entreñen cualquier peligro físico serio.
Además de estas condiciones peligrosas preexistentes, otras podrían presentarse durante la ejecución del trabajo, en razón de la naturaleza del mismo:
- trabajos que generen gases o vapores inflamables, explosivos, tóxicos o que desplacen el aire (por ejemplo, la aplicación de pegamentos, disolventes, productos de limpieza o ejecución de soldadura),
- utilización de equipos de trabajo eléctricos que pueden producir chispas,
- trabajos de reparación que podrían provocar, por ejemplo, fugas en las tuberías existentes.
Cualquier actividad en un lugar confinado tiene la consideración reglamentaria de peligroso, según el R.D. 604/2006 que modifica el Reglamento de los Servicios de Prevención (art. 22 bis), de ello se desprenden dos requisitos de obligado cumplimiento:
- la presencia de un recurso preventivo (art. 32 bis de la Ley de prevención de riesgos laborales) durante la ejecución de los trabajos, y
- la existencia de un método de trabajo o procedimiento operativo, cuya correcta aplicación será controlado por el recurso preventivo.
La descripción de la figura del recurso proventivo, cuya misión es "vigilar el cumplimiento de las actividades preventivas en orden a conseguir un adecuado control de los riesgos", se encuentra en la norma. Sin embargo, los elementos que debería contemplar un procedimiento de trabajo seguro para estas situaciones no se encuentran facilmente. El procedimiento debería contener una parte organizativa y otra operativa.
El trabajo en espacios confinados nunca debe improvisarse, ya que cualquier imprevisto, podría exponer a los trabajadores a riesgos graves e inmediatos. La parte organizativa contemplará todas las previsiones de gestión necesarias para crear un "sistema de vida" fiable, que se caracterice por una planificación y organización del trabajo adecuadas, por una buena coordinación de las diferentes empresas, si fuera el caso, cada una con tareas y responsabilidades específicas y por una precisa definción de las funciones de las figuras intervinientes que sean capaces de tejer, entre otras cosas, un entramado a prueba de cualquier posible contingencia, así como permitir un adecuado seguimiento de todas las actuaciones previstas. Los principales componentes que permiten trenzar este sistema son:
- identificación de espacio confinado
- titularidad del mismo
- identificación preliminar de sus peligros
- clasificación del espacio (podría tratarse de un lugar ATEX, por ejemplo)
- empresa que realizará los trabajos (puede ostentar la titularidad del espacio o no)
- relación de trabajadores que realizarán los trabajos
- naturaleza de los trabajos a realizar
- duración prevista de los trabajos
- evaluación preliminar de riesgos
- flujogramas de decisión de las medidas de reducción de riesgos necesarias
- consignación de fuentes de energía y/o redes de fluidos
- achique o evacuación de fuidos
- aislamiento del espacio y sellado de orificios
- aireación mecánica
- limpieza del espacio
- verificación de la atmósfera interior, incluida la estrategia de mediciones
- interrupción de los trabajos
- medidas de emergencia necesarias
- flujogramas de decisión de los medios materiales necesarios
- materiales o productos que se introducirán para realizar los trabajos
- equipos y herramientas que se introducirán, señalando los que deberán de permanecer fuera
- EPI necesarios
- equipamiento auxiliar necesario (protecciones colectivas, señalización, iluminación, medidores o detectores, monitores personales, medios de rescate, primeros auxilios, intercomunicadores)
- flujogramas de decisión de los recursos humanos necesarios
- capacitación de los trabajdores
- designación del recurso preventivo y descripción de sus funciones y competencias concretas
- identificación de la persona/cargo que autorizará la entrada de personal en el espacio
- contenido del permiso de trabajo
- medidas de coordinación de actividades empresariales, si procede
- elaboración de un plan de trabajo
La parte operativa recogerá todas las actuaciones a realizar, ordenadas secuencialmente, antes de acceder al espacio así como aquellas que se realizarán durante la realización de los trabajos para garantizar la integridad del "sistema de vida". Los principales componentes de la parte operativa del procedimiento de trabajo son consecuencia de las previsiones y decisiones adoptadas en la fase organizativa que incluirán:
- Aprobación del plan de trabajo
- Aprovisionamiento de los medios necesarios
- Comprobación en el lugar de que se dispone de todos los medios necesarios
- Despliegue de dichos medios (balizamiento de la zona, señalización, protecciones colectivas y primeros auxilios)
- Repaso del plan de trabajo
- Aplicación ordenada de las medidas de reducción de riesgos (consignación, achique, sellado, aireación, limpieza y verificación)
- Comprobación de EPI, monitores personales, iluminación, intercomunicadores y medios contrincendios
- Concesión del permiso de trabajo y autorización de entrada
- Puesta en el lugar de las medidas de vigilancia (contacto permanente visual, fónico o físico) necesarias
Este procedimiento de trabajo se anexará al Plan de Prevención de la empresa por lo que tendrá que ser aprobado, sino elaborado, por su servicio de prevención, propio o concertado, o por un trabajador designado con cualificación de técnico de prevención de nivel superior. Igualmente se someterá a consulta de los trabajadores, delegado de prevención o comité de seguridad y salud.
Una parte crítica del procedimiento son las medidas de emergencia, primeros auxilios y evacuación. Por tanto, es esencial la preparación de un sistema de alarma y posterior rescate en situaciones de emergencia. En particular, las medidas de emergencia deberían incluir, al menos, los siguientes elementos:
- Referencias precisas y concretas al lugar y trabajos a realizar (por ejemplo, titular del espacio localización del espacio, trabajo a realizar, fecha y duración del trabajo, empresas principal y contratista, número de trabajadores previsto, etc)
- Los nombres de los responsables de la gestión de emergencias y sus contactos de emergencia,
- Un resumen de la evaluación de riesgos en relación con posibles situaciones de emergencia que podrían ocurrir
- Una lista de posibles y previsibles actuaciones de alarma, rescate y primeros auxilios
- Identificación clara de las funciones y responsabilidades, teniendo en cuenta todas las empresas concurrentes. En cada situación, definir "quién hace qué, cuándo y cómo", para evitar la duplicidad (dos personas haciendo la misma cosa, tal vez molestándose entre sí) o, peor aún, una acción que no se hace porque todo el mundo pensaba que ya la había hecho otra persona.
- Factores de riesgo de accidentes, debidos a la presencia otros peligros, que si no se evalúan y previenen con medidas adecuadas, pueden causar lesiones a los trabajadores, a tener en cuenta: ya que un accidente, durante la realización de los trabajos, podría retrasar una atención rápida del lesionado.
- Factores de riesgo estructurales, debidos a las características físicas y estructurales del espacio confinado en que se debe trabajar.
- Factores de riesgo debidos a la presencia de agentes físicos o biológicos que podrían empeorar las condiciones en que se realiza la prestación del trabajo.
- Factores de riesgo de tipo cognitivo o subjetivo, por deficiencias en el nivel de experiencia y habilidades de los trabajadores, en el nivel de conocimientos e información del trabajo específico y/o la subestimación del riesgo por los trabajadores.
- Factores de riesgo organizativos debidos fundamentalmente a la falta de planificación y organización del trabajo en espacios confinados.
- Factores de riesgo debidos a susceptibilidades individuales que, de alguna manera, suponen una incompatibilidad para la realización de trabajos en espacios confinados, como, por ejemplo, una predisposición al síndrome de claustrofobia y/o ataques de pánico. En este caso, es fundamental la labor del médico del trabajo, que en su vigilancia médica de la aptitud del trabajador debe tener en cuenta cuestiones específicas relacionadas trabajos en espacios cerrados.
Con la ayuda de guías, como la del Osalan, "Guía para la prevención de riesgos laborales en el mantenimiento de redes de alcantarillado", la del INRS "Les espaces confinés" o la de ASL de Bergamo, región de Lombardía, "Manual de instrucciones para trabajar en espacios confinados", es posible mejorar el conocimiento de los principales riesgos asociados a la presencia de sustancias peligrosas en espacios confinados.
Si nos atenemos al principal riesgo, el riesgo químico, todos los factores de dicho riesgo deben ser cuidadosamente ponderados en la evaluación de riesgos.
- Permanencia prolongada con poca circulación de aire,
- Reacciones de oxidación-reducción de las sustancias (por ejemplo, la combustión con liberación de dióxido de carbono, amoníaco, cianuro de hidrógeno, sulfuro de hidrógeno),
- Peligro de envenenamiento por inhalación o por contacto dérmico, por ejemplo, debido a:
- Gases, humos o vapores tóxicos normalmente presentes (por ejemplo, residuos en contenedores o almacenamiento de gas),
- Vapores, gases o humos de tóxicos que pueden penetrar en espacios circundantes (por ejemplo, liberación de monóxido de carbono, fugas de depósitos), en relación con la evaporación de líquido o sublimación,
- Sólidos normalmente presentes (por ejemplo, silos y contenedores de grano o polvo),
- Gases, humos o vapores tóxicos que inesperadamente pueden llenar los espacios, o liberar gas al agitarlo o moverlo (por ejemplo, ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, azufre sólido).
- Peligro de incendio y explosión, que se puede producir en relación a la presencia de:
- Gases y vapores inflamables (por ejemplo, metano, acetileno, propano/butano, xileno, benceno),
- Líquidos inflamables (como la gasolina y disolventes de hidrocarburos),
- Polvo en suspensión en altas concentraciones (por ejemplo, en los silos de harina, hollín, serrín);
- Exceso de oxígeno o agentes oxidantes en general (por ejemplo, oxidación violenta de las grasas y aceites, nitrato de amonio con paja o virutas de madera),
- Maceración y/o descomposición de sustancias orgánicas hasta alcanzar su temperatura de autoignición.
En resumen, un sistema de vida para trabajos en espacios confinados se basa en los siguientes elementos:
- Identificación de los espacios confinados existentes en la instalación, planta o centro de trabajo
- Señalización externa de dichos espacios (aunque no existe una señal estandarizada, los proveedores de señales disponen de varios modelos)
- Consignación o limitación de acceso
- Elaboración e implantación del procedimiento de trabajo específico al espacio confinado
- Seguimiento y revisión del procedimiento de trabajo.
La pregunta que os hacemos en relación a este asunto es si ¿debemos de elevar los estándares de trabajo en espacios confinados?, como han hecho los italianos recientemente al aprobar el decreto (DPR 177/2011) para la cualificación de las empresas que operan en dichas zonas sospechosas de contaminación o confinamiento. De este modo, en Italia, la actividad en dichos espacios queda limitada únicamente a las empresas que cumplan una serie de requisitos, sobre cualificación del personal y medios disponibles, además de un procedimiento de trabajo homologado por un centro de referencia en prevención de riesgos laborales.
Es impresionante las consecuencias y riesgos que tiene trabajar en espacios confinados. Tomar las medidas adecuadas de prevención son fundamentales y toda precaución es poca.
ResponderEliminarEl post es increíblemente detallado y me gustaría aportar una idea sobre como se puede abordar un nuevo nivel de seguridad mediante el uso de boroscopios de largo alcance que permita al operario quedar fuera del riesgo potencial.
El boroscopio no es más que una cámara para la inspección indirecta que está situada al extremo de un cable guía que puede tener varias decenas de metros, esto es muy utilizado en redes de tuberías pero también para la inspección de ductos por donde circulan cables eléctricos.
Las aplicaciones del boroscopio puede contribuir a la seguridad del operario de muchas y diferentes formas.
Saludos
Antonio Ruiz
Cámara de Tuberías